domingo, 9 de mayo de 2010

Siempre de vuelta

Vuelvo a escribir después de algún tiempo, malditas obligaciones, pero hay que hacerlas,
les contare pues, que el estado en que me encuentro esta rodeado de 4 aromas: El alcohol, el cigarro, el aroma de una mujer, y el cansancio.
Escribo por la misma necesidad que mueve a uno a escupir sus demonios, han salido estos humildes versos, a mis detractores que señalan mis cursilerías, porque lo confieso eso son, les seguiré regalando y si quieren ellos se la vendo, no para que las lean sino para que con el papel impreso de tinta negra se puedan limpiar el mismísimo orto, para que al menos tenga señas de afecto por algún lado. No se molesten, pero es así, y a los que les gusta bien por ellos, pero no se empalaguen por algo que al final de cuentas si no es real, no tiene sentido.
Sin mas preámbulos

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